domingo, 14 de junio de 2009

Comparaciones... depresivas...


Sr. Lector apoco no todos tenemos derepente momentos en que el stress y los putos problemas se juntan, cuando todo parece ir mal. Y de repente, pasa algo que demuestra que las cosas siempre pueden empeorar. Los humanos somos seres sociales, y como tales tendemos a contar todos nuestros problemas por mas minimo que sea, no para tratar de encontrar solución, sino para socializarse entre si, como una forma de encontrar apoyo.

Muchos piensan que un buen apoyo es decir algo como "La raza de África se están muriendo de hambre, en Medio Oriente llevan años dandose en la madre entre sí. En todo el mundo hay mucha gente que tiene problemas mucho más grandes y graves que los tuyos...?? o no??

¡¿Y ud. de que se queja?!¿El saber que hay raza en peor situación que uno debería hacer que nos sintamos mejor? Uno acude a otra persona no solamente para descargar la consciencia, sino para compartir la toda esa carga emocional y simplemente para sentir que no todos tienen problemas ni reaccionan como uno; es para saber que uno no está en la boca del infierno, tan sólo se siente uno así, en realidad el mundo no se ha vuelto loco, sigue girando, toda la sociedad sigue donde mismo.

Cuando uno trata de apoyar a alguien deprimido y menciona este tipo de consejos, generalmente lo hace uno con las mejores intenciones (y de buenas intenciones está empedrado el camino a la chingada), pero uno genera el efecto inverso al que se buscaba: el deprimido ni se siente mejor y casi siempre termina más empinado y deprimido porque está consciente que hay mucha gente con problemas.

Cuando uno de nosotros tenga la oportunidad de apoyar a alguien empinado o deprimido emocinalmente no debe uno caer en la tentación de comparar su situación, regañarlo, pontificar o decirle "Te lo dije"; simplemente lo que debemos hacer es apoyarlo, decirle que todooo a la veeeer.... que nada es tan grave y que el mundo sigue girando para cuando quiera reintegrarse a él.



"Yo siempre me quejaba de que no tenía zapatos...hasta que conocí a alguien que no tenía pies"


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