viernes, 20 de agosto de 2010

Juan Angel Ruiz Cantu


A sus 16 años, Juan Ángel Ruiz Cantú luchaba por mantener la titularidad en uno de los deportes más violentos y de mayor entrega, el futbol americano; tacle ofensivo, ala cerrada de la Preparatoria 15 Florida en la Universidad Autónoma de Nuevo León, este joven dedicaba gran parte de su tiempo al deporte; hoy su lucha diaria es otra, mantenerse con vida y seguir transmitiendo el mensaje a los jóvenes: ¡nunca dejes de hacer algo bueno y ten cuidado con el alcohol!

Nunca me voy a rendir mientras tenga vida, sólo la tumba dirá cuándo.

· Dios hace maravillas de nuestras miserias, porque sabe hacer las cosas y las hace bien.


· Que los jóvenes sepan bien lo que están haciendo y lo que ponen en juego, la salud y muchas veces hasta la vida.


Juan Ángel arrancó lágrimas entre muchos jóvenes y adultos reunidos ayer en el auditorio ?Braulio Fernández Aguirre? de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C), en Ciudad Universitaria, luego de dar su testimonio vivencial de lo peligroso que resulta la combinación del alcohol y el volante; víctima de un accidente, este joven con enormes ilusiones de brillar en las canchas de Fut-bol Americano quedó parapléjico; sin embargo la determinación y valor que mostraba en el deporte, lo exhibe ahora ante miles de personas, jóvenes principalmente, que escuchan su mensaje.


Poco antes de las once de la mañana, decenas de estudiantes de diferentes preparatorias de la ciudad empezaron a concentrarse en el auditorio de Ciudad Universitaria, atendiendo la invitación del Instituto Coahuilense de la Juventud, el cual a través de Juan Ángel, impartiría la conferencia ?Aprende a Manejar tu Seguridad?; no esperaban lo vivido.


Antes de subir al estrado, Juan Ángel, acompañado siempre por cinco jóvenes que lo ayudan desde que inicia el día, así como de su madre -?Sanjuana Cantú de Ruiz--, accede a la entrevista, con muchas dificultades para hablar.


Los presentes, fotógrafos, organizadores del evento, camarógrafos y demás personas observan sorprendidos el ejemplo de valor obsequiado por el joven en cuyo rostro se aprecia la tranquilidad y determinación que sólo el deporte y la fe en Dios pueden concederle a una persona que a pesar de su condición física sigue promoviendo el mensaje positivo envidiado por quienes lo tienen todo, pero no alcanzan a verlo.


¿Cambió tu vida con el accidente Juan?


Radicalmente, tenía mucha salud y todo cambió por esta silla de ruedas, respondió con enorme dificultad, no respiro bien, sí me costó mucho adaptarme a esto.


¿Cuál es el mensaje para los jóvenes?


Que sepan bien lo que están haciendo y lo que ponen en juego, porque se puede perder mucho, no sólo la salud, sino hasta la vida como muchos que ya han muerto.


¿Cuándo te vas a rendir?


Nunca, ni enfermo, ni en la cama, la tumba dirá cuándo se acabó esto.


¿Tu labor es el mensaje?


El destino uno lo va trazando, conforme lo decides, el mío cambió y ahora hay que echarle ganas con amor, por los chavos que andan ahí.


Juan, eres el ejemplo para muchos


Dios hace maravillas, nunca hubiera pensado esto cuando el accidente, que habría frutos, Dios sabe hacer las cosas y lo hace bien.


La plática con el muchacho no puede continuar, pues sus problemas para hablar son cada vez mayores y se tiene que interrumpir; la madre de Juan explica que necesitan sacarle las flemas de los pulmones para que hable bien, pero pide que no dejen de grabar porque se pretende transmitir un mensaje tal como es para que los jóvenes tengan conocimiento real de las consecuencias que puede dejar la combinación del alcohol con el volante.


La señora Cantú de Ruiz añade que su hijo para estar presente en la conferencia de ayer a las once de la mañana, se tuvo que despertar a las cuatro de la madrugada, se le tiene que limpiar el estómago y dar terapia percusiva para limpiar los pulmones, una serie de ejercicios para mover todas sus articulaciones y pueda estar listo a las doce del día. Golpeteo de espalda, de pecho, pues durante el sueño acumula muchas flemas y hasta que queda despejado puede hablar bien, pero de eso le pueden informar con más detalles las cinco personas que siempre lo acompañan dos en la mañana, dos en la tarde y un enfermero lo cuida toda la noche; no puede estar solo ni un minuto.


Mientras en el escenario se anuncia la transmisión de un video, abajo, la madre de Juan recuerda que fue el ocho de enero de 1994 cuando su hijo Juan Ángel al término de una fiesta de preparatoria pidió un raid a uno de sus amigos ?un niño a quien a los 15 años su padre le regaló un auto último modelo y que siempre traía tarjetas de crédito con cuentas inimaginables de dinero a su disposición--, ?ese niño traía tanto dinero que ni tú, ni yo nos podemos imaginar?, aseguró.


Era la una de la madrugada y estaba lluvioso, mi hijo y dos amigos más, uno de ellos Jorge Campos, uno que participaba en carreras de Motocross y cuyo padre le advirtió que si llegaba a saber que había tomado una cerveza le quitaría sus motos, recuerda, subieron en el asiento de atrás del Cavalier.


Iniciaron el regreso a sus casas; el niño que conducía, con mucho dinero y obviamente siempre rodeado de amigos, --recuerda--, casi siempre empezaba a tomar a las cuatro de la tarde y ese día no fue la excepción.


El accidente ocurrió en la colonia Del Valle en Monterrey, el automóvil dio varias vueltas y finalmente se impactó contra un poste el cual cayó pegando en el asiento trasero; en el percance los dos amigos de Juan, uno de ellos Jorge Campos, ambos de 16 años, que se habían sentado a su lado, murieron al instante; Juan recibió un fuerte impacto en la cabeza ocasionándole las lesiones que hoy lo mantienen en la silla de ruedas, recuerda la madre.


¿Y, el niño que conducía?


Él gracias a Dios está bien, pero los muchachos no tienen la culpa, los padres que les damos la libertad y más de lo debido; él sigue siendo amigo de mi hijo.


Juan hace gestos de dolor al momento en que los jóvenes que lo acompañan le ofrecen el respaldo necesario para sobrevivir... Sólo la tumba dirá cuándo me tengo que rendir, dice y salta al escenario donde al término de su testimonio levantó a los presentes de sus asientos e hizo llorar a muchos asistentes que no esperaban lo crudo del mensaje, la experiencia vivida por ese joven..

Un ejemplo a seguir... PUMA...
Eramos parte del gran equipo de KIOWAS...!!!

BORREGIOMONTANO@BORREGIOMONTANO.COM.MX

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